Las rosas que tu me diste hoy son rosas sin color por la maldición que existe que me apartó de tu amor… eran rojas, tu las viste del color de la pasión y dejaron arrugado parte del corazón… por eso ya no me visto con un traje de ilusión mi vestido es el marchito recuerdo de esa visión… despierto en las madrugadas madrugadas sin olor olor de piel empapada con el sudor del amor. Antes del amanecer cuando el alba ya se asoma escucho sin poder ver el canto de la saloma… es un lamento acentuado que el viento entreteje fiel llevándolo hasta mi lado para que me apriete en él. En el campo de amapolas donde lo nuestro fue hiel después de cantar las bodas y nuestra luna de miel… por un destino amargado que se ensañaba en hacer de nuestro amor un pecado que debimos padecer... . pues el moro y no cristiano me tuvo como mujer para que el mundo tuviera de este amor un nuevo ser. Y no bastó castigarlo sino matarlo también pero, nadie se ha fijado que en mi vientre hay un rehén que lleva también sus labios y el beso que le dejé la noche que nos casamos y mi vida le entregué.
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